viernes, 18 de junio de 2010

Palabras del P.Luciano Stefani. Superior SDB Venezuela

Don Bosco nos ha visitado.
Hemos contemplado su rostro, nos hemos acercado a su preciosa reliquia. Su mano derecha nos ha bendecido en nombre de Dios y lo seguirá haciendo.
Ha sido una visita para los jóvenes, para toda la gran la Familia Salesiana… un vasto movimiento para la Iglesia y sobre todo para los que quieren y sienten que pueden ser la mano derecha para los jóvenes de hoy y de la Iglesia venezolana...
Venezuela entera está viviendo una inmensa experiencia de Dios y al acercarnos a esta reliquia y al contemplar ese rostro sereno, apacible, sonriente infunde esperanza y optimismo en el corazón de cada uno y se experimenta la necesidad de ser mejores, como siempre lo repetía él a sus colaboradores:” Trata de que todos los que acerquen a ti, sientan la necesidad y el deseo de ser mejores”. El nos estimula a ser siempre portadores del amor misericordioso de Dios para los jóvenes y para su pueblo y nos impulsa a amarlo, invocarlo e imitarlo.
Hoy nos estimula a renovar para los jóvenes una propuesta de santidad juvenil, sencilla y siempre actual. Es una propuesta para los jóvenes, pero es estimulante también para todo creyente.
Sin duda que para Don Bosco, el ser santo fue una llamada de Dios, tan fuerte que no dudaba un solo instante a proponérselo a sus muchachos.
El llamado a la santidad es para todo bautizado, porque santidad es vivir según el Espíritu, y todos lo hemos recibido en el bautismo, un germen de vida nueva, hemos sido enjertados en Cristo, para producir nuevos frutos. Nuestra genética no es puramente humana ha sido tocada y transformada por la gracia bautismal. El compromiso es producir los frutos de esa gracia en nuestro mundo de hoy, entre los jóvenes y en cada hogar cristiano.

Queremos quedarnos con su proyecto de santidad:


 Santidad de lo cotidiano, del compromiso diario. La constancia, la aplicación, la responsabilidad de cada día, la competencia… A todo eso él lo llamaba el exacto cumplimiento del propio deber.

 Santidad de la alegría, de la serenidad, de la paz, de la conciencia tranquila:”Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”, le dira Dgo Savio a M. Magone recién llegado a la casa de Don Bosco.

 Santidad del amor a la Iglesia, una santidad que se vive en la comunidad humana y eclesial impregnada de catolicidad y en comunión con sus pastores.

 Santidad que se renueva con la Reconciliación y se nutre de la Eucaristía.

 Santidad que crece con la devoción a María Auxiliadora y que experimenta su tierna protección.

Todos tenemos que formular nuestro compromiso como fruto de esta visita, para los SDB y los miembros del vasto movimiento de la Familia, y para todos los agentes de pastoral:
Ser la mano derecha de Don Bosco para educar los jóvenes de hoy. Tarea siempre actual, siempre vigente, porque siempre tenemos jóvenes pobres, necesitados, carentes de afecto y en peligro. Necesitamos muchos “Don Bosco” en los hogares donde no hay afecto, donde no hay diálogo, donde no hay paternidad-maternidad, donde hay orfandad y en todo centro educativo.

“Juan, ya no tienes Padre”, le dirá mamá Margarita a Juanito de dos años apenas. Esta expreriencia de orfandad, de pobreza, de esforzado estudio con miles de dificultades y de trabajos superiores a sus fuerzas. La pobreza, la orfandad, el tener que emigrar a trabajar, siendo aún un niño, lo hará más sensible con la pobreza, la orfandad de los muchachos aprendices y desempleados de su tiempo que deambulaban sin horizontes y esperanzas por los pueblos y la ciudad de Turín. Para ellos le abrirá un albergue, donde cobijarse y nutrirse, donde aprender a leer y escribir, donde deslumbrar el sentido de su existencia y descubrir su proyecto de vida: en el aula, los talleres, en los sacramentos y en la catequesis. Para ellos dio inicio a talleres, escuelas, casas, patios y capillas. Elaborará un proyecto educativo para ellos: El Sistema Preventivo, que nace después de una experiencia con D. Cafasso atendiendo a las cárceles y a los condenados a muerte… Era muy difícil reeducar… mejor prevenir… Ese sistema se basa en tres pilares:

Razón: el hombre puede entender, puede evolucionar, se hace indispensable el diálogo que crea confianza, se establecen relaciones duraderas. Eso es usar la razón….
Amabilidad : La educación es cosa del corazón. “Quieren hacer una cosa útil: eduquen a los jóvenes, quieren hacer una cosa santa, eduquen a los jóvenes, quieren hacer una cosa insustituible, eduquen a los jóvenes” D. B.
Religión: el sentirse amados y queridos por Dios, Padre bondadoso, les ayudaba a superar su orfandad, colmada con los gestos concretos de amor de un joven sacerdote que era amigo, maestro y Padre.

Quien sienta en su corazón el llamado a actuar como Él, dentro de la F. S. y en la Iglesia, hay puesto para todos. No se echen para atrás, Don Bosco los acompañará, Dios los favorecerá con sus dones para sentirse felices de dar un aporte valioso para la formación integral de los jóvenes de hoy… inspirándonos en la generosidad de Don Bosco. La Iglesia de Jesucristo nos invita a todos a ser discípulos y misioneros de Jesús, Don Bosco no es más que un modelo.

Él solía decir:
“LA EDUCACIÓN ES COSA DEL CORAZÓN”.

“CON USTEDES ME SIENTO BIEN”
“POR USTEDES ESTUDIO, TRABAJO E INCLUSO ESTOY DISPUESTO A ENTREGAR MI VIDA”

“HASTA MI ULTIMO ALIENTO SERÁ POR MIS QUERIDOS JÓVENES”.

“LOS ESPERO A TODOS EN EL PARAISO”.

Como D. Bosco queremos ser constructores de una nueva sociedad pisando firme en la tierra, sin desmayar ante los problemas de nuestro tiempo y mirando fijamente y con esperanza al cielo . Estos son los hombres que han dejado una huella, un testimonio inspirador para la humanidad. Son verdaderos discípulos y misioneros, suscitados por Cristo para la humanidad entera y Don Bosco, en especial, para los jóvenes de todos los tiempos. Los santos no envejecen son siempre actuales han dejado una estela del amor de Dios que permanecerá hasta la eternidad.
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 En estos días LE PREGUNTABA A UNA HERMANA, HMA, que, encorvada por los años y los arduos trabajos entre los indígenas de amazonas y se dirigía al templo para orar a S. Juan Bosco: “¿HERMANA QUE LE VA A PEDIR A DON BOSCO? “Santidad”, me contestó.
A los santos tenemos que pedirle santidad, amor a Dios y a las personas. Jóvenes, hermanos, pidámosle eso a Don Bosco: santidad y lo tendremos todo.

VIVA DON BOSCO, VIVA LA JUVENTUD, Viva la Iglesia de Jesucristo,
VIVA LA FAMILIA SALESIANA. VIVA VENEZUELA.

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