jueves, 28 de julio de 2011

Dos hampones muertos y tres funcionarios heridos en peculiar intento de fuga.


“Mérida Segura” rezan las patrullas de la policía en esta entidad 

Dos hampones muertos y tres funcionarios heridos en peculiar intento de fuga.  

*** Dos antisociales intentaron liberar a su compinche “Lino” y protagonizaron una de las más espectaculares y dantescas fugas en la ciudad de Mérida

EURO LOBO / CNP 12.112
Fotos tomadas de las redes sociales

(MERIDA/ESPECIAL) El intento de evasión, casi de película, de un interno del Centro Penitenciario de la Región Los Andes en Mérida la mañana del pasado jueves, dejó el lamentable saldo de dos personas fallecidas, y al menos cinco heridos.
El S/M3ra (GNB) Jackson Chacón, resultó gravemente herido de múltiples impactos de bala cuando custodiaba a un procesado hacia la sala de emergencia del Hospital Universitario de Los Andes y fue interceptado por dos antisociales que tenían como misión liberar a “Lino” de su cautiverio.
Los hampones acecharon al  militar en la messanina del Centro Asistencial y luego de desenfundar sendas pistolas, le tirotearon, liberaron a su compinche y robaron el Fusil de Asalto AK-47 que portaba el uniformado, a quien dejaron tendido en un mar de sangre en los pasillos del sanatorio.
Huyeron a toda velocidad por la puerta principal del HULA, la cual abrieron a balazos sembrando el pánico entre los asiduos visitantes del local; dos agentes policiales adscritos a la Dirección de Investigaciones Criminales de Polimérida (Inteligencia), se percataron de la situación y emprendieron la persecución de los evadidos, tres en total, quienes intentaron escabullirse a fuego y sangre.
Los agentes dieron con los criminales en la calle 9 del populoso sector de Santa Elena, al sur este de la ciudad, cerca del Hospital, allí fueron encarados con ráfagas de disparos, mas de 50, según afirman los vecinos. Los hombres de ley cayeron gravemente heridos, los antisociales detuvieron un vehículo pequeño, dispararon a su conductor y como locos, abordaron la unidad para emprender la huida motorizada.
En la balacera, un menor de edad con síndrome de Down, vecino del sector, resultó herido al ser alcanzado por una bala perdida presuntamente proveniente del fusil de asalto esgrimido por uno de los fugitivos.
El dispositivo de seguridad se activó con prontitud, los cuerpos de seguridad peinaban la zona cuando el vehículo utilizado para el escape fue rastreado hasta el estacionamiento adyacente a la Facultad de Medicina de la ULA, a un kilometro de distancia del lugar del suceso, donde los criminales lo abandonaron.
Los uniformados determinaron que los antisociales intentarían fugarse lanzándose por un despeñadero ubicado al fondo del campus universitario, por lo que comisiones mixtas se trasladaron hasta el sector La Pueblita de Chama, donde termina el barranco en cuestión, y allí esperar por los evadidos.
Entre tanto los galenos de guardia en el principal centro de salud andino, hicieron lo posible por salvar la vida de los funcionarios públicos, quienes luego de ser intervenidos quirúrgicamente, fueron evaluados en las salas de cuidados intensivos del sanatorio esperando una mejor evolución, aunque su estado es muy grave.
Dos de los tres antisociales que se lanzaron por el barranco perdieron la vida en el intento, uno de ellos era el procesado con el alias de “Lino”, éste portaba el fusil AK-47 robado al funcionario castrense, del otro aun se desconoce su identidad pero al parecer también se encontraba armado de pistola, así lo dieron a conocer funcionarios de Protección Civil que fueron convocados para realizar el rescate de los cuerpos con técnicas de escalada.
El antisocial que logró la fuga, presuntamente se encuentra enconchado en el sector La Pueblita de Chama, donde los uniformados desplegaron amplio operativo con el fin de cercarle y apresarle.
Los testimonios
Juan, un joven que no quiso revelar su identidad completa, contó que se encontraba llegando a la entrada principal del Hospital Universitario de Los Andes en busca de su esposa, cuando divisó que tres personas corrían desde el interior del sanatorio disparando a la puerta de vidrio, la cual cedió a los impactos de bala, tal cual como en las películas, afirmó el nervioso testigo.
Otros vecinos de Santa Elena aseguraron que oír disparos es lo más normal en la zona, pero no en un número tan inclemente, por ello se alertaron y se lanzaron al piso, la ráfaga de más de 50 detonaciones no duró ni cinco minutos, aseguró María, una adolescente que no paraba de llorar mientras en el sitio los paramédicos auxiliaban a los funcionarios de inteligencia que fueron heridos por los antisociales.
Las redes sociales fueron caldo de cultivo para la alarma, muchos, en tono criollo, aseguraron que esa era una versión muy acertada para el eslogan que se escribe en las patrullas de los diferentes cuerpos de seguridad del estado “Mérida Segura”.
La conmoción reinó hasta muy entrada la tarde en toda la ciudad, los puntos de control fueron incrementados por los organismos de seguridad, aún así las autoridades no ofrecieron balance oficial de lo ocurrido, pero todo resultó ser muy público y notorio.