martes, 21 de julio de 2015

El pasado sábado 18 de julio Canaguá celebró 15 años de Sacerdocio del Padre Honegger Molina

Euro Lobo SSCC / CNP 12.112


En el marco de la fiesta de la Virgen del Carmen, patrona de Canaguá, el pasado sábado 18 de julio, este pintoresco pueblo del sur merideño se vistió de gala para celebrar los 15 años de ordenación sacerdotal del Presbítero Honegger Molina, natural de esas tierras bendecidas por Dios.

A las 11 de la mañana en la torre de la iglesia del pueblo se oyeron los repiques de campanas que anunciaron el inició de la celebración eucarística, presidida por el homenajeado que viajó desde Caracas para la festiva ocasión.

Junto con el Padre Honegger, como todo el pueblo lo llama cariñosamente, concelebraron el Padre Pedro Pablo Santiago, párroco de la localidad y los presbíteros Eduard Molina, nacido en el mismo pueblo y actual párroco de Bailadores y Alirio Cárdenas, párroco de La Sagrada Familia en Mérida.

También ayudaron en la celebración los Diacono Emerson Mora y Orlandi Gómez, que fueron ordenados el pasado viernes 17 en la población de Santa Cruz de Mora y quienes son naturales de Canaguá el primero y de Guaimarales el segundo, los acompañaron también los Acólitos Nilson Arellano y Bernabé Guerrero. 

Todo el pueblo se volcó para acompañar al ilustre hijo que con sentimiento recordó sus andanzas por las calles del pueblo, su niñez, sus estudios y el sacrificio que representó marchar al seminario con el fin de formarse como sacerdote.
La homilía fue predicada por el Padre Alirio Cárdenas, quien señaló las bondades de la amistad que le une con el Padre Molina, y quien exhortó a los nuevos diáconos y acólitos a permanecer firmes y fieles a la vocación recibida por Dios. 

El padre Honegger Molina, actual párroco de La Anunciación del Señor, La Boyera en la capital de la república, nació en Canaguá, capital del municipio Arzobispo Chacón del estado Mérida el 9 de Octubre de 1974, se ordenó sacerdote el 17 de julio de 2000 por imposición de manos del Arzobispo Monseñor Porras en su pueblo natal y luego
de un corto periplo al servicio de nuestra arquidiócesis marchó a la capital a prestar sus dotes pastorales sin separarse de la obediencia al arzobispo merideño. Allí se ha destacado en el servicio pastoral y en ha puesto gran empeño en especializarse académicamente con el fin de mejorar su actividad.

Actualmente, preocupado por la suerte de los jóvenes venezolanos, ha iniciado un arduo trabajo a través de Funda Epekeina, institución que tiene como objetivo el brindar herramientas que formen a los muchachos en valores y virtudes cívicas que les permitan ser ciudadanos más comprometidos con el desarrollo de la sociedad. Este mismo compromiso lo ha
querido volcar a su lar natal, por ello, con esta visita y en el marco de esta celebración, se ha propuesto extender esta Fundación hasta los espacios de Sur Merideño, iniciando un trabajo en su natal Canaguá.


La celebración culminó con la procesión de la imagen de la Virgen del Carmen por las calles del pueblo, procesión cargada de religiosidad popular y amplia devoción de los habitantes locales. 

Funda Epékeina fortalece su trabajo en Canaguá. Formará jóvenes para brindar mayores oportunidades de desarrollo

Euro Lobo SSCC / CNP 12.112


Con la intención de brindar herramientas que permitan que los jóvenes crezcan en valores y compromiso solidario con la comunidad, Funda Epékeina brindó el pasado fin de semana un taller de presentación a los habitantes de Canaguá, capital del municipio Arzobispo Chacón en los pueblos del Sur Merideño.


Esta actividad se llevó a cabo en el marco de las fiestas por los 15 años de sacerdocio del padre Honegger Molina, natural de ese típico pueblo del sur merideño y fundador de Epékeina, actual párroco de “La Anunciación del Señor” o Iglesia de La Boyera en Caracas, como también se le conoce.

Aseguro el Padre Honegger, que al emprender esta iniciativa hace seis años y al ver el éxito entre los jóvenes caraqueños, descubrió que los niños y adolescentes de su lar natal también deberían contar con estas oportunidades con el fin de brindarles las herramientas necesarias para crecer con dignidad, en libertad y con compromiso con el pueblo de mágicas montañas que les ha brindado todo. 

El taller realizado el viernes 17 de julio de 2015 en los espacios del Liceo Bolivariano Neptali Noguera Mora de la población de Canaguá, reunió a 60 participantes entre niños, niñas, jóvenes, adolescentes y representantes adultos comprometidos con el futuro de su pueblo.

Epékenina es una palabra griega, aseguró el Padre Molina, quien explicó que significa “más allá de lo humano”, por eso y bajo esa premisa los jóvenes inquietos con su futuro y con el cambio social se unieron hace ya 6 años con el fin de trabajar más allá de sus límites y así fomentar el bienestar y la prosperidad de los habitantes de sector deprimidos económica y socialmente en la capital de la república, mediante la implementación de proyectos científicos de
acompañamiento social, destinados a promover la formación intelectual, educativa y la capacitación integral de sus miembros, enfocados principalmente en los niños, adolescentes y jóvenes.

Este fin de semana les toco a los jóvenes canagueros quienes participaron en este taller, expusieron las potencialidades y las deficiencias que cuentan en los pueblos del sur merideño y consiguieron un camino para fortalecer sus valores y crecer en la formación cívico social que les permitirá ser mejores ciudadanos.


Para el próximo mes de agosto un grupo de estos jóvenes participará en el campamento vacacional para líderes que ha organizado Funda Epékeina y que se efectuará en los páramos merideños, allí confluirán adolescentes de todo el país, se formaran con el fin de fortalecer la presencia de la
Fundación en cada una de sus regiones brindando así posibilidades ciertas para la convivencia en una mejor sociedad. 

jueves, 16 de julio de 2015

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO al Reverendo Padre Ángel Fernández Artime Rector Mayor de los Salesianos en el bicentenario del nacimiento de san Juan Bosco




COMO DON BOSCO, CON LOS JÓVENES Y PARA LOS JÓVENES

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

al Reverendo Padre Ángel Fernández Artime
Rector Mayor de los Salesianos 
en el bicentenario del nacimiento de san Juan Bosco


            Está viva en la Iglesia la memoria de san Juan Bosco, en cuanto fundador de la Congregación salesiana, de las Hijas de María Auxiliadora, de la Asociación de los Salesianos Cooperadores y de la Asociación de María Auxiliadora, y como padre de la Familia Salesiana de hoy. 
También está viva en la Iglesia su memoria como santo educador y pastor de los jóvenes, que ha abierto un camino de santidad juvenil, que ha ofrecido un método de educación que es al mismo tiempo una espiritualidad, que ha recibido del Espíritu Santo un carisma para los tiempos modernos.

            En el bicentenario de su nacimiento he tenido la alegría de encontrar a la Familia Salesiana reunida en Turín, en la Basílica de María Auxiliadora, donde reposan los restos mortales del Fundador. Con este mensaje deseo unirme nuevamente a vosotros en la acción de gracias a Dios; al mismo tiempo, deseo recordar los aspectos esenciales del legado espiritual y pastoral de Don Bosco, y exhortar a vivirlos con valentía.

            Italia, Europa y el mundo han cambiado mucho en estos dos siglos, pero el alma de los jóvenes no: también hoy los muchachos y las chicas están abiertos a la vida y al encuentro con Dios y con los demás, pero hay tantos con riesgo de desánimo, de anemia espiritual y de marginación.

            Don Bosco nos enseña, ante todo, a no quedarnos mirando, sino a ponernos en primera línea, para ofrecer a los jóvenes una experiencia educativa integral que, sólidamente basada sobre la dimensión religiosa, involucre la mente, los afectos, toda la persona, considerada siempre como creada y amada por Dios. De aquí deriva una pedagogía genuinamente humana y cristiana, animada por la preocupación preventiva e inclusiva, especialmente para los jóvenes de los sectores populares y de los grupos marginales de la sociedad, a los cuales ofrece también la posibilidad de la instrucción y de aprender un oficio, para ser buenos cristianos y honestos ciudadanos. Operando para la educación moral, civil, cultural de los jóvenes, Don Bosco ha obrado para el bien de las personas y de la sociedad civil, según un proyecto de hombre que conjuga alegría – estudio – oración, y también trabajo – religión – virtud. De tal camino forma parte integrante la maduración vocacional, a fin de que cada uno asuma en la Iglesia la forma concreta de vida a la cual el Señor lo llama. Esta amplia y exigente visión educativa, que Don Bosco ha concentrado en el lema “Da mihi animas”, ha realizado lo que hoy expresamos con la fórmula «educar evangelizando y evangelizar educando» (Congregación para el Clero, Directorio general para la catequesis [15 agosto 1997], n. 147).

            Un rasgo característico de la pedagogía de Don Bosco es la «amorevolezza», la amabilidad, a entenderse como amor manifestado y percibido, en el cual se revelan la simpatía, el afecto, la comprensión y la participación en la vida del otro. Él afirma que en el ámbito de la experiencia educativa no basta amar, sino que es necesario que el amor del educador se exprese mediante gestos concretos y eficaces. Gracias a tal amabilidad tantos niños y adolescentes en los ambientes salesianos han experimentado una intensa y sana afectividad, muy preciosa para la formación de la personalidad y para el camino de la vida.

            En este cuadro de referencia se colocan otros rasgos distintivos de la praxis educativa de Don Bosco: ambiente de familia; presencia del educador como padre, maestro y amigo del joven, expresado por un término clásico de la pedagogía salesiana: la asistencia; clima de alegría y de fiesta; amplio espacio dado al canto, a la música y al teatro; importancia del juego, del patio de recreación, de los paseos y del deporte.

            Podemos resumir así los aspectos salientes de su figura: él vivió la entrega total de sí a Dios como un impulso para la salvación de las almas y vivió la fidelidad a Dios y a los jóvenes en un mismo acto de amor. Estas actitudes lo han llevado a “salir” y a concretar decisiones valientes: la elección de dedicarse a los jóvenes pobres, con la intención de realizar un vasto movimiento de pobres para los pobres, y la elección de ampliar tal servicio más allá de las fronteras de lengua, raza, cultura y religión, gracias a un incansable impulso misionero. Él concretó este proyecto con estilo acogedor, alegre y de simpatía, en el encuentro personal y en el acompañamiento de cada uno.

            Él supo suscitar la colaboración de santa María Dominga Mazzarello y la cooperación de los laicos, generando la Familia Salesiana que, como gran árbol, ha recibido y desarrollado su herencia.

            En síntesis, Don Bosco vivió una gran pasión por la salvación de la juventud, manifestándose testimonio creíble de Jesucristo y anunciador genial de su Evangelio, en comunión profunda con la Iglesia, en particular con el Papa. Vivió en continua oración y unión con Dios, con una devoción fuerte y tierna a la Virgen, por él invocada como Inmaculada y Auxiliadora de los cristianos, con el beneficio de experiencias místicas y del don de milagros para sus jóvenes.

            También hoy la Familia Salesiana se abre hacia nuevas fronteras educativas y misioneras, recorriendo las sendas de los nuevos medios de comunicación social y las de la educación intercultural junto a pueblos de religiones diversas, o de Países en vías de desarrollo, o de lugares signados por la inmigración. Los desafíos de la ciudad de Turín del siglo XIX han asumido dimensiones globales: idolatría del dinero, desigualdad que genera violencia, colonización ideológica y retos culturales legados a los contextos urbanos. Algunos aspectos involucran más directamente al mundo juvenil, como la difusión de internet, y, por lo tanto, os interpela, hijos e hijas de Don Bosco, que sois llamados a trabajar considerando, junto a las heridas, también los recursos que el Espíritu Santo suscita en situaciones de crisis.

            Como Familia Salesiana estáis llamados a reavivar la creatividad carismática dentro y más allá de vuestras instituciones educativas, poniéndoos con dedicación apostólica sobre los senderos de los jóvenes, particularmente de aquellos de las periferias.

            «La pastoral juvenil, tal como estábamos acostumbrados a desarrollarla, ha sufrido el embate de los cambios sociales. Los jóvenes, en las estructuras habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas y heridas. A los adultos nos cuesta escucharlos con paciencia, comprender sus inquietudes o sus reclamos, y aprender a hablarles en el lenguaje que ellos comprenden» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 105). Hagamos de tal manera, como educadores y como comunidad, que podamos acompañarlos en su camino, de modo que se sientan felices de llevar a Jesús en cada calle, en cada plaza, en todos los rincones de la tierra (cfr. ibid., 106).

            Don Bosco os ayude a no defraudar las aspiraciones profundas de los jóvenes: la necesidad de vida, apertura, alegría, libertad, futuro; el deseo de colaborar en la construcción de un mundo más justo y fraterno, en el desarrollo para todos los pueblos, en la tutela de la naturaleza y de los ambientes de vida. Con su ejemplo, los ayudaréis a experimentar que solo en la vida de gracia, es decir, en la amistad con Cristo, se cumplen en pleno los ideales más auténticos. Tendréis la alegría de acompañarlos en la búsqueda de síntesis entre fe, cultura y vida, en los momentos en que se toman las decisiones difíciles, cuando se busca interpretar una realidad compleja.

            Señalo en particular dos tareas que nos llegan hoy del discernimiento sobre la realidad juvenil: la primera es la de educar según la antropología cristiana en el lenguaje de los nuevos medios de comunicación y de las redes sociales, que plasma en profundidad los códigos culturales de los jóvenes, y por lo tanto, la visión de la realidad humana y religiosa; la segunda es promover formas de voluntariado social, no resignándose a las ideologías que anteponen el mercado y la producción a la dignidad de la persona y al valor del trabajo.

            Ser educadores que evangelizan es un don de naturaleza y de gracia, pero es también fruto de formación, estudio, reflexión, oración y ascesis. Don Bosco decía a los jóvenes: «Yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi vida» (Constituciones Salesianas, art. 14).

            Hoy, más que nunca, de frente a lo que el Papa Benedicto XVI muchas veces ha señalado como «emergencia educativa» (cfr. Lettera alla diocesi e alla città di Roma sul compito urgente dell'educazione, 21 de enero de 2008), invito a la Familia Salesiana a favorecer una eficaz alianza educativa entre las diversas agencias religiosas y laicas para caminar, con la diversidad de los carismas, en favor de la juventud de los diversos continentes. En particular recuerdo la inderogable necesidad de implicar a las familias de los jóvenes. No puede haber, de hecho, una eficacia pastoral juvenil sin una válida pastoral familiar.

            El salesiano es un educador que, en la multiplicidad de las relaciones y de los empeños, hace resonar siempre el primer anuncio, la bella noticia que directamente o indirectamente no puede faltar jamás: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 164). Ser discípulos fieles a Don Bosco requiere renovar la opción catequística que fue su empeño permanente, a ser comprendida en la misión de una nueva evangelización (crf. Ibid., 160-175). Esta catequesis evangelizadora merece el primer lugar en las instituciones salesianas, y debe ser realizada con competencia teológica y pedagógica y con un testimonio transparente del educador. Se necesita un camino que comprenda la escucha de la Palabra de Dios, la frecuencia a los Sacramentos, en particular la Confesión y la Eucaristía, y la relación filial con la Virgen María.
           
            Queridos hermanos y hermanas salesianos, Don Bosco testimonia que el cristianismo es fuente de felicidad, porque es el Evangelio del amor. Es de esta fuente que, también en la práctica educativa salesiana, la alegría y la fiesta encuentran consistencia y continuidad. «Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero. Allí está el manantial de la acción evangelizadora» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 8).

            Las expectativas de la Iglesia respecto al cuidado de la juventud son grandes; grande es pues el carisma que el Espíritu Santo ha donado a san Juan Bosco, carisma llevado adelante por la Familia Salesiana con dedicación apasionada por la juventud en todos los continentes y con el florecimiento de numerosas vocaciones para la vida sacerdotal, religiosa y laical. Por lo tanto quiero expresaros un aliento cordial a fin de asumir el legado de vuestro fundador y padre con la radicalidad evangélica que ha sido suya en el pensar, hablar y obrar, con la competencia adecuada y con generoso espíritu de servicio, como Don Bosco, con los jóvenes y para los jóvenes.


           

Vaticano, 24 de junio de 2015

Solemnidad del nacimiento de San Juan Bautista. 

martes, 7 de julio de 2015

AGUINALDO PARA LA FAMILIA SALESIANA 2016

Tal como lo hizo el pasado año, el Rector Mayor de los Salesianos, P. Ángel Fernández Artime SDB, décimo sucesor de Don Bosco, dio a conocer en unas cuantas líneas, la idea a desarrollar para el Aguinaldo del 2016, el cual será publicado íntegramente al finalizar el presente año.

STRENNA (AGUINALDO) 2016

¡CON JESÚS, recorramos juntos la aventura del Espíritu!

Boceto de Euro Lobo SSCC


Pequeña síntesis de algunas de las ideas que se desarrollarán:

* La vida es el lugar donde todo se juega. Bien sabemos todos acerca de esta experiencia, con variedad de caminos y de opciones que se nos presentan. Y es precisamente en el camino de la vida donde el Espíritu actúa y , en libertad, llama a la puerta de todo corazón humano.

* De una u otra manera todos tenemos también la experiencia de ser caminantes, en ocasiones en jornadas donde hemos recorrido largas distancias. Esta experiencia del camino nos ilumina en el intuir qué puede significar recorrer una Aventura en el Espíritu.

* Porque, ¿qué significa recorrer la aventura del Espíritu?
            Ante todo es camino de INTERIORIDAD.
            Pero interioridad no es en nosotros tan sólo un ejercicio hacia el interior de uno mismo, por más que sea un ejercicio bueno. Para nosotros, como creyentes, es un camino de ESPIRITUALIDAD, una espiritualidad que se cultiva y se expresa, en las maneras que después diremos.
* El mismo Jesús ha recorrido una auténtica “aventura” de apertura al Espíritu. Ha buscado siempre la Voluntad del Padre que en su Espíritu le ha suscitado, acompañado, provocado, guiado...

* Don Bosco mismo ha vivido toda su vida abierto al Espíritu porque su deseo era responder a aquello que Dios quería de él, en sí mismo y para sus muchachos. Su mismo camino recorrido en Chieri, sus búsquedas, fueron una verdadera aventura dejándose guiar por el Espíritu. Este camino le llevó en los años a esa armonía y unidad personal, muy lejos de cualquier fragmentación.

* Al igual que sucedió en el Señor Jesús, en María de Nazaret -quien vivió una aventura del Espíritu que era un fiarse de Dios sin saber cuál sería el punto de llegada-, y Don Bosco, para quien su sí al Espíritu fue una verdadera aventura real de vida con increíbles desafíos, nosotros recibimos cada día esa invitación a adentrarnos en un camino en el que podremos dejarnos acompañar, conducir y sorprender por Él.  Un camino que tiene mucho de 'aventura' donde no hay certezas, pero en el que el punto de llegada resulta fascinante.

* ¿Cómo se expresa y manifiesta ese camino de Interioridad y Espiritualidad que permite vivir acompañado por el Espíritu?

Se expresa en una profunda experiencia de Fe.
En un cultivo de la dimensión comunitaria de esa misma Fe.
Creciendo en la Misericordia y dimensión Fraterna de la vida.

* Por último, quisiéramos pediros, queridos jóvenes, que nos permitáis hacer este camino juntos.  Recorramos este camino juntos. Aprendamos juntos, hagamos experiencia juntos,  porque eso nos hará mucho bien a todos.  Y en este 'todos', pensamos en la Familia Salesiana, -en sus diversas expresiones-, como destinatarios prioritarios de la Strenna, pero pensamos también en ustedes, tantos miles y miles de jóvenes que en todo tipo de países, culturas y presencias salesianas son, animadores de otros jóvenes, a los que acompañarán en esta Aventura, en este camino a recorrer acompañados por Él, el Espíritu de Dios que como dijimos, sorprende, suscita, provoca, descoloca, entusiasma, fascina y acompaña...


Ángel Fernández Artime




sábado, 4 de julio de 2015

Monseñor Juan de Dios Peña, nuevo Obispo de El Vigía



Euro Lobo SSCC/CNP 12112

Este sábado fue Ordenado Episcopalmente por imposición de manos y oración consagratoria de Monseñor Baltazar Porras, el presbitero Juan de Dios Peña Rojas, en un solemne acto realizado en la Catedral del Perpetuo Socorro de la ciudad de El Vigía, estado Mérida.

A la ceremonia asistieron el Nuncio Apostólico Monseñor Aldo Giordani y 20 prelados mas, acompañados de 200 sacerdotes, un número similar de seminaristas, religiosos y religiosas y gran representación de la Diócesis del Sur del Lago.

La diócesis de El Vigía-San Carlos del Zulia, fue erigida por SS San Juan Pablo II el 7 de julio de 1994 con el fin de prestar mejor servicio y atención pastoral a los habitantes de la zona sur del lago de Maracaibo que geográficamente residían en la parte sur de la Arquidiócesis de Maracaibo, la parte norte de la Arquidiócesis de Mérida y se conjugó parte de la diócesis de Cabimas, constituyendo así una novel unidad pastoral.

Su primer obispo fue monseñor William Enrique Delgado, quien la apacentó hasta que fue nombrado obispo de la diócesis de Cabimas el 26 de julio de 2005.

Su segundo pastor fue monseñor José Luis Azuaje, quien la cuidó hasta el 30 de agosto de 2013, cuando fue nombrado obispo de Barinas.


Desde entonces la diócesis de El Vigía-San Carlos del Zulia ha permanecido vacante, guiada por la administración apostólica del presbítero German Marín, que celosamente ha cuidado no solo del clero, si no de los bienes de la diócesis, destacando su labor al construir el centro de pastoral al lado de la iglesia catedral de la ciudad de El Vigía.

En estos 21 años, esta diócesis ha contado con tres administradores apostólicos, dos de ellos obispos, tal es el caso de monseñor Domingo Roa Pérez, quien siendo arzobispo de Maracaibo dio los primeros pasos animando, administrando y pastoreando a los fieles surlaguenses.
Monseñor Luis Alfonso Márquez, siendo obispo auxiliar de Mérida, también administró esta cálida diócesis y últimamente el padre German Marín se ha encargado de cuidar celosamente este rebaño.

Juan de Dios Peña Rojas, tercer obispo.

Nunca antes un obispo electo para la diócesis de El Vigía-San Carlos del Zulia había sido ordenado episcopalmente en su sede, Juan de Dios Peña será el primero que contará con esta distinción para ocupar la silla del pastor como tercer obispo.

Nacido en Acequias el 8 de agosto de 1967, este cura andino se formó en el seminario San Buenaventura de Mérida, comenzó bajo la tutela del Arzobispo emérito monseñor Miguel Antonio Salas y fue ordenado por su sucesor en el trono, el hoy arzobispo monseñor Baltazar Enrique Porras quien ya ha tenido la responsabilidad de ordenar episcopalmente a muchos prelados venezolanos.



Juan de Dios fue ordenado sacerdote un 22 de agosto de 1992 en una ceremonia muy solemne realizada en la Catedral merideña, a su lado tomaron la responsabilidad de presbíteros Javier Muñoz, Gerardo Salas y Numa Molina, los cuatro hijos de los humildes pueblos merideños quienes se convirtieron en los primeros sacerdotes ordenados por Monseñor Porras ya portando el palio arzobispal.


Ahora Monseñor Juan de Dios Peña Rojas, quien tomo como lema episcopal las palabras del primer libro de Samuel, ¡Aquí estoy porque me has llamado!, asumirá el reto de pastorear las 28 parroquias de esta diócesis joven y pujante.



Al terminar estas líneas, quiero saludar a éste sacerdote joven, del cual no se ni su nombre, párroco de la Iglesia de "Las Cumbres" en la ciudad de El Vigía, supuesto jefe de protocolo de la diócesis, quien con la mas agria humildad me increpó al finalizar la ceremonia.


Padre, con humildad le respondo.. ¿Tengo que pedir permiso para hacer mi trabajo por el cual usted no me paga ni menos sabe de mi compromiso como laico comprometido? Por algo soy Doctor en lo que hago. Dios lo Bendiga

Juan de Dios, Dios te bendiga en tu ministerio y como pastor, regala una oración por mi alma