martes, 27 de enero de 2015

Conversando con P. Ángel Fernández Artime, Rector Mayor

Queridos Jóvenes, los quiero felices aquí y en la eternidad


*** Llegó a Venezuela en una visita no planificada, se sorprendió con la cercanía alegre de nuestros jóvenes, se sintió en casa y para todos fue mirar a los ojos de Don Bosco en su Décimo Sucesor.

Euro Lobo SSCC / CNP 12.112

Así, sencillo, el hijo de pescadores asturianos que ahora es el décimo sucesor de Don Bosco se caracteriza por eso, por la sencillez, la candidez de corazón, de espíritu y de trato, forma de ser que atrapó a los jóvenes venezolanos quienes durante seis días tuvieron la suerte de conocerle, de sentirle y de fotografiarse con él, sin problemas ni reparos, a pesar de que algunos salesianos corrían tras del Rector Mayor marcando el ajetreado cronometro de su visita.

Desde Mérida, ciudad andina,  la madrugada de este lunes 10 de noviembre salimos más de 70 jóvenes, alumnos, ex alumnos, Movimiento Juvenil Salesiano, profesores, representantes, Religiosas,  Cooperadores y Fundación Don Bosco, amigos de la obra, Damas Salesianas, a bordo de 5 buses, con la noche como testigo y con ansias de comernos el páramo merideño para bajar hasta la llanura barinesa.



Después de 4 horas de camino arribamos a la Escuela Agronómica Salesiana “San José” de Barinas, 30 grados centígrados, mucho para los andinos pero no suficiente para alejarnos de nuestro objetivo, compartir con el Padre Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos.

Este sencillo asturiano, que ahora encarna a Don Bosco en el siglo XXI, dejó entrar a Jesús en su vida producto de un proceso donde su familia ha sido pilar fundamental para fortalecer su sensibilidad, su fe y la inquietud de dar una repuesta joven a una vieja invitación.

A Don Bosco lo conoce por sus salesianos, pero a los salesianos los conoce por una amistad familiar que invitó a sus padres a dejar formar “ese chaval” por unos curas amigos radicados lejos de su pueblo natal, curas que le formaron durante todo su aprendizaje, que le confiaron una inspectoría casi en el fin del mundo, esos mismos curas que hoy día le han echado la responsabilidad de animar la segunda congregación religiosa católica más grande del mundo.

Desde que vi al Padre Ángel sentí la franqueza de una amistad que por rápida no deja de ser eterna, como si nos conociéramos de mucho, el saludo realmente caluroso mientras blandía mi cámara para inmortalizar tanto joven que pretendía guardar un recuerdo de su abrazo.

Camine juntó a él por toda la “Agronómica”, fotografía iba, fotografía venia, él ni se inmutaba, algunas veces hablamos como si ya supiésemos de una buena amistad. 


Al finalizar la calurosa eucaristía, nos quedaron las palabras… ¿Hermanos, en verdad nos cuidamos entre nosotros?, palabras que tenían un sabor reflexivo y una invitación a que todos como familia salesiana, oremos por cada uno de nosotros, por nuestros jóvenes, por nuestra misión, para que así nos sintamos felices en la preocupación por el hermano, esa preocupación que se traduce en compromiso por la santidad de todos.

Llegó la oportunidad que esperé durante todo el día, por fin le entrevistaría, jugando me dijo que sentía que realmente era periodista, entre carcajadas terminamos en la biblioteca de la obra, a la cual el padre “Fucho” había acondicionado para que  el Rector se revistiera de los ornamentos sagrados para la eucaristía.

En esa sacristía improvisada, con una relajante temperatura y como Don Bosco y Magone, me senté con el sencillo Ángel, que sin dejar de ser Don Fernández, décimo sucesor de Don Bosco, nunca dejó de ser aquel hijo de pescadores asturianos.

Para el Padre Ángel, los jóvenes son el motivo de toda su vida, de su vocación, de su felicidad, como al Don Bosco que sucede, son el motivo de su amor y el cielo anticipado, no lo oculta en sus conversaciones, en su transitar por el patio, en su formación desde la cátedra, en su estrechar manos y repartir abrazos cercanos que sorprendieron incluso a los avezados jóvenes venezolanos.

Entiende el Rector Mayor, que como capitán de esta gran barca que es la Familia Salesiana, continua el rumbo que se había emprendido, pues ese era el adecuado, así se asegura que la navegación sea firme; siendo auténticos como salesianos, fieles al señor Jesús, al carisma de Don Bosco, traducido en una opción permanente por los jóvenes. Los más pobres, los necesitados.

Reconoce que desde finales de Mayo cuando sus hermanos lo eligieron como sucesor de Don Bosco, los días han sido días de vértigo, intensos pero muy hermosos.
Al llegar a nuestro país el Padre Ángel se impresionó al encontrarse con una Venezuela hermosísima, llena de vida, de pasión educativa por los jóvenes y con un potencial fascinante que se propone animar y desarrollar más en éste sexenio que le corresponde gobernar.

Nos comenzamos a despedir pues el tiempo apremiaba, “Fucho” nervioso desde la puerta apuraba el fin del encuentro, gratificante por demás y seguro que pocos lo tuvieron en esta visita. “Si después de visitar 133 naciones en estos 6 años, aun me queda tiempo, seguro que volveré contento a Venezuela” dijo el Rector Mayor., “pues aquí nos hemos sentido muy a gusto y muy amados por todos.”

Cree en los jóvenes como Jesús cree en cada uno de nosotros, Ángel cree en los jóvenes y sus sueños, esos que anima a seguir, a fortalecer y acompañar para que sean un auténtico camino que construya la civilización del amor, un camino que nos lleve a la santidad.

Atropellado el cálido día llanero llega la hora de la despedida, no es formal como tampoco fue su visita, mas fotos con los jóvenes, los responsables apurados maleta en mano, el sabor de la carne en vara, el humo de la parrilla dibujaron un Hasta pronto Padre Ángel y un microbus que raudo partió al aeropuerto mientras nosotros, cuatro horas más atravesando el páramo que nos trajo a nuestra cordillerana ciudad, donde nuestro apostolado nos espera para llevar la felicidad a un patio que sea escuela iglesia y hogar para nuestros jóvenes, nuestros hermanos y nuestros formadores.


Que viva Don Bosco, que viva su sucesor, que viva el Padre Ángel… que vuelva pronto…