domingo, 12 de mayo de 2019

Monseñor Rojas Ruiz rezó por la Madre Patria Venezuela


En el IV Domingo de Pascua en Mérida
  
*** "Un hijo bueno es el mejor regalo para una madre", aseguró el Obispo Auxiliar de Mérida en la homilía que dirigió al celebrar el día de la Madre y domingo del Buen Pastor

Euro Lobo SSCC / CNP: 12.112

(Mérida /Especial).- Por Venezuela, "Mi Madre Patria" y por todas las madres, ofició la Santa Eucaristía del IV Domingo de Pascua el Obispo Auxiliar de Mérida Monseñor Luis Enrique Rojas, en la Catedral local.



Las lecturas del día hicieron referencia a “Jesús el Buen Pastor”, por lo que el prelado merideño certificó que se siente comprometido con el rebaño que Dios le dio a cuidar, "más en este momento en el que el país reclama buenos pastores".

Reconoció que ser pastor "es una Gracia Especial que Dios me dio y que me llama a desgastarme para trabajar por nuestra Madre Patria, para construir un país libre"

Los pequeños rebaños

Aclaró monseñor que Dios a cada quien ha dado un rebaño para pastorear, un padre, una madre, cada profesional es una oportunidad para cuidar y formar un rebaño “para que cada uno sea también un buen pastor".



Hizo un alto al recordar a todos aquellos adultos que se han visto obligados a ser pastores de los hijos de quienes se han marchado a buscar mejores horizontes en otros países. A ellos los exhortó a no desmayar en el trabajo para mantener un rebaño que se forme en el amor “y el encuentro con el prójimo y por el país”.

Desde cada pequeño rebaño invitó a todos a construir, “en un momento de profunda crisis moral en el que todos debemos trabajar por nuestros deberes, para reclamar nuestros derechos, desde nuestra vida, la familia y la escuela”

Día de las madres

Reflexionó sobre el papel abnegado de la madre en esta sociedad, "detrás de una mano que exige hay una mano con corazón que ama"



Oró por todas las madres que “no se rinden, no se desaniman, no se resignan y siguen trabajando por pastorear el rebaño que Dios le ha encomendado para evitar que el mal destruya por completo”.

Fe esperanza, discernimiento en los cambios que se deben emprender, es el trabajo de la mujer venezolana, “que son el cerebro de la casa”, señaló.



Recordó a su recién fallecida madre “quien fue una María en la tierra, que supo construir un hogar que hoy es su legado, y sus principios y enseñanzas, que hoy reflejamos con nuestras vidas”.

Las lagrimas “no son ajenas al recordar a mi madre”, reconoció Monseñor quien al rememorarla aseguró se siente animado a seguir dando ejemplo de la buena educación y el amor que recibió como hombre, sacerdote obispo y ciudadano.



Culminó pidiendo “como un hijo más, amen, respeten, valoren y oigan a sus madres, porque ellas son el mejor regalo que Dios da a cada uno de nosotros".

Pidió por las madres que entregaron “la vida de sus hijos, aquellos que murieron luchando por la libertad de Venezuela, por las madres de quienes están perseguidos, de quienes hoy son maltratados y torturados”.



“Esto nos debe animar a seguir trabajando pues el día que termine el sufrimiento para nuestra madre patria Venezuela, esas madres coronaran su labor”, lanzó con confianza.

“Abracemos a nuestra madre y recemos a María nuestra madre, para que su ejemplo nos invite siempre a seguir este trabajo de libertad”, fundamentó



Para el momento central del sacrificio eucarístico, el obispo auxiliar invitó a todas las madres presentes a subir al altar mayor para ofrecer los dones de la vida y estar cercanas, en el momento de la santa consagración.

La celebración la culminó Monseñor Luis Enrique, al obsequiar a las madres presentes con el canto del "Preciosa Merideña" interpretado por el prelado, lo que hizo más conmovedora la bendición impartida. (12/05/2019).-

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