martes, 9 de abril de 2019

Fundación Juan Pablo II trabaja para llevar medicinas a los vecinos de San Rafael de Mucuchíes


Ayúdame que yo te ayudaré

*** La solidaridad, como muestra de la caridad cristiana, vela por la salud de los vecinos del pueblo más alto de Venezuela

Euro Lobo SSCC / CNP: 12.112

(Mérida /Especial).- La crisis humanitaria por la que se atraviesa en Venezuela repercute de forma significativa en materia sanitaria. La falta de medicamentos ha obligado a diferentes grupos a organizarse para tratar de llevar insumos a los más necesitados; la Iglesia católica ha tomado la batuta en estas labores, en San Rafael de Mucuchíes, municipio Rangel del estado Mérida, donde, de la mano de la Fundación Juan Pablo II adelanta una encomiable labor a favor de sus vecinos.


Las necesidades sanitarias son censadas por los voluntarios de la fundación, apuntó la representante de la Fundación, Ana Luisa Sánchez, quien aseguró que las labores no se dirigen solo a la entrega de medicinas, el intercambio de ellas también es una forma de subsanar faltas, pues se pretende que quien necesite medicinas las obtenga cambiándolas por alguna que tengan de más.

Para quienes carecen de insumos, dinero o materiales, la fundación trabaja en donar lo que requieren. “La intención es subsanar las necesidades de los vecinos”, afirmó Sánchez, quien contó que atienden “muchos casos de niños especiales que toman el conazepan, el valproico; también de adolescentes que usan medicamentos anticonvulsivos”.

Las historias médicas y los récipes con menguas son recibidos por los voluntarios, que a través del intercambio tratan de llegar al mayor número de vecinos necesitados. Los donativos hechos a la iglesia y recibidos por el párroco local son una de las formas para reponer en los anaqueles la existencia de medicamentos, manifestó.

Trabajar de forma unida en beneficio del más necesitado es una de las premisas de la fundación, por ello, los esfuerzos ahora se hacen a la par de Cáritas parroquial, agregó la representante, quien señaló que hasta ahora son solo 10 los voluntarios que se han sumado a la iniciativa para atender a más de 500 vecinos que, en su mayoría, toman “medicamentos de por vida”.

La coordinación de las acciones las adelanta el párroco de San Rafael Arcángel, presbítero Duglas Briceño, animador de los voluntarios y quien procura el encuentro con las instancias arquidiocesanas para sumar esfuerzos en beneficio de los feligreses.

Las puertas están abiertas para quien desee colaborar, invitó Sánchez, “pueden venir a sumarse al trabajo y, sobre todo, esperamos donativos”, los cuales se pueden entregar en la casa parroquial de la iglesia de San Rafael de Mucuchíes, en el páramo merideño, en el pueblo más alto del país. (09/04/2019)

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