Ayúdame
que yo te ayudaré
*** La solidaridad,
como muestra de la caridad cristiana, vela por la salud de los vecinos del
pueblo más alto de Venezuela
Euro Lobo
SSCC / CNP: 12.112
(Mérida /Especial).- La crisis humanitaria por la que
se atraviesa en Venezuela repercute de forma significativa en materia sanitaria.
La falta de medicamentos ha obligado a diferentes grupos a organizarse para
tratar de llevar insumos a los más necesitados; la Iglesia católica ha tomado
la batuta en estas labores, en San Rafael de Mucuchíes, municipio Rangel del
estado Mérida, donde, de la mano de la Fundación Juan Pablo II adelanta una
encomiable labor a favor de sus vecinos.
Las
necesidades sanitarias son censadas por los voluntarios de la fundación, apuntó
la representante de la Fundación, Ana Luisa Sánchez, quien aseguró que las
labores no se dirigen solo a la entrega de medicinas, el intercambio de ellas también
es una forma de subsanar faltas, pues se pretende que quien necesite medicinas
las obtenga cambiándolas por alguna que tengan de más.
Para
quienes carecen de insumos, dinero o materiales, la fundación trabaja en donar
lo que requieren. “La intención es subsanar las necesidades de los vecinos”,
afirmó Sánchez, quien contó que atienden “muchos casos de niños especiales que
toman el conazepan, el valproico; también de adolescentes que usan medicamentos
anticonvulsivos”.
Las
historias médicas y los récipes con menguas son recibidos por los voluntarios,
que a través del intercambio tratan de llegar al mayor número de vecinos
necesitados. Los donativos hechos a la iglesia y recibidos por el párroco local
son una de las formas para reponer en los anaqueles la existencia de medicamentos,
manifestó.
Trabajar
de forma unida en beneficio del más necesitado es una de las premisas de la
fundación, por ello, los esfuerzos ahora se hacen a la par de Cáritas
parroquial, agregó la representante, quien señaló que hasta ahora son solo 10
los voluntarios que se han sumado a la iniciativa para atender a más de 500
vecinos que, en su mayoría, toman “medicamentos de por vida”.
La
coordinación de las acciones las adelanta el párroco de San Rafael Arcángel, presbítero
Duglas Briceño, animador de los voluntarios y quien procura el encuentro con
las instancias arquidiocesanas para sumar esfuerzos en beneficio de los
feligreses.
Las
puertas están abiertas para quien desee colaborar, invitó Sánchez, “pueden
venir a sumarse al trabajo y, sobre todo, esperamos donativos”, los cuales se
pueden entregar en la casa parroquial de la iglesia de San Rafael de Mucuchíes,
en el páramo merideño, en el pueblo más alto del país. (09/04/2019)
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