Más de 3 mil
feligreses se congregaron en el Viaducto Campo Elías
*** Esta Misa por la
libertad recoge el sentimiento de un pueblo burlado, manipulado y frustrado,
que hoy exige con voz potente sean respetados sus derechos más fundamentales. Afirmó
el Monseñor Luis Enrique Rojas en la Misa por la Libertad de Venezuela
Euro Lobo SSCC / CNP: 12.112
(MERIDA / ESPECIAL).- Precedidos por la Custodia contentiva de Jesús
Sacramentado y flanqueados por la imagen de María Inmaculada, los merideños peregrinaron
este sábado por las calles de la serrana ciudad, rezando por la Libertad de
Venezuela.
La actividad
convocada por la Arquidiócesis de Mérida y el Comité Organizador, congregó a más
de tres mil personas, feligreses que se reunieron desde todas las parroquias de
la ciudad en la Plaza Glorias Patrias, y orando caminaron hacía el Viaducto Campo
Elías, donde el Obispo Auxiliar merideño, Monseñor Luis Enrique Rojas, presidió
la eucaristía que concelebraron 30 sacerdotes de las parroquias de la entidad.
Grupos apostólicos,
seminaristas, sociedad civil organizada, representantes gubernamentales
regionales y locales, gremios profesionales, sindicatos, estudiantes de la
Universidad de Los Andes, activistas políticos y feligreses en general,
nutrieron la actividad que se caracterizó por el recogimiento y el colorido que
impuso la bandera nacional.
El prelado local
inició su homilía sentenciando que “prontos seremos libres para siempre”,
recordó que litúrgicamente la fiesta de la Asunción de la Virgen se celebró el
pasado jueves y por ello evocó, refiriéndose a Ella “cual Madre desagarrada de
dolor ante el sufrimiento de sus hijos, ha querido presenciar nuestra oración y
llevar al cielo nuestra suplica que, hecha con fe exige con coraje y firme
voluntad, la libertad de este pueblo, el respeto por la vida a la dignidad de
los venezolanos y el urgente restablecimiento de la democracia en nuestra
patria”.
Iglesia como testigo de lucha
Recordó que la
libertad y la vida son regalos de Dios “a todos indistintamente de nuestra
condición” y enfatizó que, “nadie debería mendigar a un hombre y menos a un
sistema político el vivir en paz, armonía y felicidad en su propio suelo y
país.”
Puntualizó que al
realizar la invitación para salir a la calle y celebrar una misa por la
libertad se hizo con la Palabra de Dios en la mente y el corazón, citó la carta
de Pablo a los Gálatas “para ser libres Cristo nos libertó, manténganse pues
firmes y no se dejen oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud” (Gálatas
5,1).
La verdad
Destacó que la
Palabra de Dios nuevamente invita a trabajar por la reconstrucción de la
libertad en Venezuela, “con nuestra única arma que es la verdad, la cual nos
hará libres y nos servirá como una aliada para destruir la mentira y la
falsedad a la que, nos arrastran las ideologías cuando se imponen de una manera
brutal y dantesca, como la que hoy vivimos tristemente todos los venezolanos.”
Reconoció que
como Pastor le duele ver a la gente deambulando por las calles con hambre “como
hombres muertos caminando”, decretó que eso no es manera de vivir en libertad y
por ello afirmó que “Venezuela desde Mérida decide salir a las calles
levantando su voz de protesta desde la fe, sin violencia”.
A los políticos
Monseñor aprovechó
la oportunidad para hacer un llamado de atención a quienes optaron por la política
como una vocación y quienes acompañaron la actividad, “no se equivoquen más, no
sigan experimentando ni negociando con el hambre y la necesidad de un pueblo
como el nuestro”.
A los que se fueron
Hizo memoria
sobre todos aquellos venezolanos que han tendido que buscar mejores destinos
fuera de las fronteras nacionales, “Nunca negocien con sus valores y
principios, demuestren de qué está hecho y formado un verdadero y auténtico
venezolano, que tiene en primer lugar a Dios en su mente y en su corazón; muy
pronto los veremos regresar a esta patria que siempre los esperará con los
brazos abiertos.”
Cuándo terminará esto
A la constante
pregunta que refirió le hacen en cada visita pastoral, el prelado respondió, “hasta
que el venezolano entienda que no hay otro documento de identificación sino su
cédula de identidad y no un carnet que humilla, manipula y frustra los sueños y
las esperanzas de un país. Hasta que los venezolanos entiendan que no deben
pelearse entre ellos por una caja de comida corrupta con la que se negocia el
hambre y la necesidad de nuestra gente. Y hasta que el venezolano levante su
frente con dignidad y diga convencido: ‘Se acerca el día de nuestra libertad y
debemos luchar y trabajar incansablemente por rescatarla y conseguirla”.
En nombre de Jesucristo
Monseñor finalizó
sus reflexiones exigiendo “a quienes tienen presa, secuestrada y esclavizada a
nuestra nación” de forma contundente y puntual, “libertad, libertad, liberen a Venezuela”.
Invitó a que
actividades como ésta se repitan en cada comunidad e estimuló a los asistentes a
no dejarse vencer por el miedo, la tristeza, la desesperanza.
Entre canciones,
color, oración y fe, el Obispo auxiliar de Mérida encomendó su oración a la
Virgen María, “que la Virgen María en sus distintas advocaciones, de Coromoto
(Patrona de Venezuela), Inmaculada Concepción (Patrona de los merideños), nos
proteja con su santísimo manto”. (18/08/2018).-
No hay comentarios:
Publicar un comentario