V
DOMINGO DE CUARESMA 2.012
MONICIÓN DE ENTRADA:
Queridos hermanos en Cristo: empezamos hoy la Semana Santa, esta es una
semana solemne en la que queremos vivir con Cristo, su Pasión, Muerte y
Resurrección. Hoy recordamos la entrada victoriosa de Cristo en Jerusalén para
consumar su misterio Pascual. También leemos la Pasión en donde Cristo, el
Siervo, cumple su misión de Servidor, entregando su vida al servicio de todos
nosotros. Hoy acompañaremos al Señor, que misteriosamente está presente con
nosotros; con las palmas en las manos, con cantos en nuestra boca y una gran
alegría en el corazón, recibamos al Mesías pobre y humilde como nuestro Rey y
nuestro Salvador.
ENTRADA SOLEMNE
Los fieles se reúnen o en la
puerta de la iglesia o en la misma iglesia, teniendo los ramos en la mano. El
sacerdote, los ministros y una representación de los fieles se dirigen a un
ligar apto de la iglesia -fuera del presbiterio- donde por lo menos la mayor
parte de los fieles pueda ver el rito.
CANTO HOSANNA AL HIJO DE DAVID
BENDICION DE LOS RAMOS
Oremos:
Dios
Todopoderoso y Eterno, dígnate bendecir + estos ramos y concede a cuantos acompañamos
ahora jubilosos a Cristo, nuestro Rey y Señor, reunirnos con Él en la Jerusalén
del cielo.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
A continuación rocía con agua
bendita los ramos sin decir nada.
CANTO ARRIBA NUESTROS RAMOS
(VIDEO)
LECTURA DE LA ENTRADA DEL
SEÑOR A JERUSALEN
+ Lectura
del santo Evangelio según san Juan 12, 12-16
Gloria a ti, Señor.
En
aquel tiempo, la multitud que había ido a la Fiesta, oyendo que Jesús llegaba a
Jerusalén, tomaron ramos de palmera y salieron a recibirlo, gritando:
–«¡Hosanna!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel!»
Jesús
encontró un borriquillo y se montó en él, como está escrito:
«No
temas, ciudad de Sión: Mira a tu rey que viene montado en un asno.»
Esto
no lo comprendieron sus discípulos al principio, pero cuando Jesús fue
glorificado, entonces se acordaron de que así estaba escrito acerca de él, y de
que así habían hecho con él.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN COLECTA
OREMOS
Dios
todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro salvador se hiciese hombre y
muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa
a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de
testimonio, y que un día participemos en su gloriosa resurrección.
Por
nuestro Señor, Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la
unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
AMEN
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA:
La primera lectura sacada del Libro de Isaías, nos muestra al
Señor, siempre cerca del que sufre. Para él tiene una palabra de aliento, una
mano tendida, una ayuda crucial. Es un relato crucial del Antiguo Testamento
para mejor entender la Pasión de Cristo. Es el tercer cántico del Siervo del
Señor.
PRIMERA LECTURA
Lectura
del libro de Isaías
En aquel entonces, dijo Isaías,
Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una
palabra de aliento. Cada mañana me espabilaba el oído, para que escuche como
los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás:
ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi
barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por
eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo
que no quedaría defraudado.
Palabra de Dios.
TE ALABAMOS SEÑOR
SALMO RESPONSORIAL
DIOS
MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
"Acudió al Señor, que lo
ponga a salvo;
que lo libre, si tanto le
quiere."
DIOS
MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Me acorrala una jauría de
mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.
DIOS
MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes
lejos;
fuerza mía, ven corriendo a
ayudarme.
DIOS
MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te
alabaré.
Fieles del Señor, alábenlo;
linaje de Jacob, glorifíquenlo;
témanle, linaje de Israel.
DIOS
MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA:
Un
fragmento de la Carta a los Filipenses, conforma la segunda lectura. San Pablo
nos reclama para realizar estas acciones desde la más profunda humildad. Y como
ejemplo: Cristo. Él lo hizo todo sin hacer alarde de su categoría de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Filipenses
Cristo,
a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al
contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por
uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta
someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó
sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que
al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el
abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.
TE ALABAMOS SEÑOR
MONICIÓN AL EVANGELIO
Como
evangelio La Pasión. Cualquier palabra sobraría para llegar a comprender que
fue el mayor acto de amor que pueda conocer la historia. Tras la alegría de la
entrada en Jerusalén que hemos celebrado con la Procesión de los Ramos, la
liturgia de este día lee completa la Pasión de Nuestro Señor que en el presente
ciclo --el B-- corresponde a San Marcos. El relato de Lucas es completo y, rico
en matices. Es ya difícil saber por qué Jesús tiene que morir. Y, sobre todo,
admitir que ha de morir y en la Cruz.
CANTO.
EVANGELIO
Que la Paz del Señor este con todos ustedes
Y CON TU ESPIRITU
Lectura del santo evangelio según san Marcos
C.
Faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos. Los sumos sacerdotes y los
escribas pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte. Pero decían:
S.
"No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo."
C.
Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa,
llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el
frasco y lo derramó en la cabeza de Jesús. Algunos comentaban indignados:
S.
"¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de
trescientos denarios para dárselo a los pobres."
C.
Y regañaban a la mujer. Pero Jesús replicó:
+.
"Déjenla, ¿por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo está bien. Porque
a los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran;
pero a mí no me tienen siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a
embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Les aseguro que, en cualquier parte del
mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho
ésta."
C.
Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para
entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero. Él andaba
buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba
el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
S.
"¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?"
C.
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
+.
"Vayan a la cuidad, encontraran un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo
y, en la casa en que entre, díganle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde
está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Les enseñará
una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparen allí la
cena."
C.
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había
dicho y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer fue él con los Doce. Estando a
la mesa comiendo, dijo Jesús:
+.
"Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar: uno que está comiendo
conmigo."
C.
Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
S.
"¿Seré yo?"
C.
Respondió:
+.
"Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo
del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al
Hijo del hombre!; ¡más le valdría no haber nacido!"
C.
Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo
dio, diciendo:
+.
"Tomen, esto es mi cuerpo."
C.
Cogiendo la copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron.
Y les dijo:
+.
"Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro
que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo
en el reino de Dios."
C.
Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. Jesús les
dijo:
+.
Todos van a caer, como está escrito: "Heriré al pastor, y se dispersarán
las ovejas." Pero, cuando resucite, iré antes que ustedes a Galilea."
C.
Pedro replicó:
S.
"Aunque todos caigan, yo no."
C.
Jesús le contestó:
+. "Te
aseguro que tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás
negado tres."
C.
Pero él insistía:
S.
"Aunque tenga que morir contigo, no te negaré."
C.
Y los demás decían lo mismo.
Fueron a un huerto, que llaman Getsemaní, y
dijo a sus discípulos:
+.
"Siéntense aquí mientras voy a orar."
C.
Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les
dijo:
+.
"Me muero de tristeza; quédense aquí velando."
C.
Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era posible, se
alejase de él aquella hora; y dijo:
+.
"¡Abba! (Padre), tú lo puedes todo; aparta de mí este cáliz. Pero no lo
que yo quiero, sino lo que tú quieres."
C.
Volvió y, al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:
+.
"Simón, ¿duermes?; ¿no has podido velar ni una hora? Velen y oren, para no
caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil."
C.
De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los
encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados. Y no sabían qué
contestarle. Volvió por tercera vez y les dijo:
+.
"Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora; miren que el
Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense,
vamos! Ya está cerca el que me entrega."
C.
Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él
gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los
ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:
S.
"Al que yo bese, ése es; préndanlo y condúzcanlo bien sujeto."
C.
Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo:
S.
"¡Maestro!"
C.
Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes,
desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo
sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
+.
"¿Han salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario les
estaba enseñando en el templo, y no me detuvieron. Pero, que se cumplan las
Escrituras."
C.
Y todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto sólo
en una sábana, y le echaron mano; pero él, soltando la sábana, se les escapó
desnudo.
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote,
y se reunieron todos los sumos sacerdotes y los ancianos y los escribas. Pedro
lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del palacio del sumo sacerdote; y
se sentó con los criados a la lumbre para calentarse. Los sumos sacerdotes y el
Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a
muerte; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos daban falso testimonio contra
él, los testimonios no concordaban. Y algunos, poniéndose en pie, daban
testimonio contra él, diciendo:
S.
"Nosotros le hemos oído decir: "Yo destruiré este templo, edificado
por hombres, y en tres días construiré otro no edificado por hombres."
C.
Pero ni en esto concordaban los testimonios. El sumo sacerdote se puso en pie
en medio e interrogó a Jesús:
S.
"¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra
ti?"
C.
Pero él callaba, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo,
preguntándole:
S.
"¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?..."
C.
Jesús contestó:
+. "Sí
lo soy. Y veran que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del
Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo."
C.
El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras, diciendo:
S.
"¿Qué falta hacen más testigos? Han oído la blasfemia. ¿Qué dicen?"
C. Y
todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle y, tapándole
la cara, lo abofeteaban y le decían:
S.
"Haz de profeta.
C.
Y los criados le daban bofetadas.
Mientras Pedro estaba abajo en el patio,
llegó una criada del sumo sacerdote y, al ver a Pedro calentándose, lo miró y
dijo:
S.
"También tú andabas con Jesús, el Nazareno."
C.
Él lo negó, diciendo:
S.
"Ni sé ni entiendo lo que quieres decir."
C.
Salió fuera al zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a
los presentes:
S.
"Éste es uno de ellos."
C.
Y él lo volvió a negar. Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:
S.
"Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo."
C.
Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
S.
"No conozco a ese hombre que dicen."
C.
Y en seguida, por segunda vez, cantó un gallo. Pedro se acordó de las palabras
que le había dicho Jesús: "Antes de que cante el gallo dos veces, me
habrás negado tres", y rompió a llorar.
Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes,
con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando
a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le pregunto:
S.
"¿Eres tú el rey de los judíos?"
C. Él
respondió:
+.
"Tú lo dices."
C.
Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato pregunto de nuevo:
S.
"¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti."
C.
Jesús no contesto más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta
solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal
Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta.
La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:
S.
"¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?"
C.
Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero
los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de
Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S.
"¿Qué hago con el que llaman rey de los judíos?"
C.
Ellos gritaron de nuevo:
S.
"¡Crucifícalo!"
C.
Pilato les dijo:
S.
"Pues, ¿qué mal ha hecho?"
C.
Ellos gritaron más fuerte:
S.
"¡Crucifícalo!"
C.
Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús,
después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados se lo llevaron al interior del
palacio -al pretorio- y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura,
le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle
el saludo:
S.
"¡Salve, rey de los judíos!
C.
Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas,
se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron
su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo.
Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a
Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz.
Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de "la
Calavera"), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo
crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que
se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de
la acusación estaba escrito: "El rey de los judíos". Crucificaron con
él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Los que pasaban lo injuriaban, meneando la
cabeza y diciendo:
S.
"¡Anda!, tú que destruías el templo y lo construías en tres días sálvate a
ti mismo bajando de la cruz."
C.
Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:
S.
"A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el
rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos."
C.
También los que estaban crucificados con él lo insultaban.
Al llegar el mediodía, toda la región quedó
en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, Jesús clamó con voz
potente:
+.
"Eloí, Eloí, lamá sabktaní."
C.
Que significa:
+. "Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
C.
Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S.
"Mira, está llamando a Elías."
C.
Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña,
y le daba de beber, diciendo:
S.
"Deja, a ver si viene Elías a bajarlo."
C.
Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
* Todos se arrodillan, y se hace
una pausa.
C.
El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba
enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S.
"Realmente este hombre era Hijo de Dios."
C.
Había también unas mujeres que miraban desde lejos; entre ellas, María
Magdalena, María, la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, que,
cuando él estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y otras muchas que
habían subido con él a Jerusalén.
Al
anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de
Arimatea, noble senador, que también aguardaba el reino de Dios; armándose de
valor, se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó
que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho
tiempo que había muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a
José. Éste compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo
puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra en la entrada del
sepulcro. María Magdalena y María la de José observaban dónde lo ponían.
Palabra del Señor
GLORIA A TI SEÑOR JESUS
HOMILIA
CREDO
Creo
en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de
Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado
a la diestra de Dios Padre desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de los muertos; y la vida
eterna.
AMEN
ORACIONES DE LOS FIELES:
Ante
la cercanía de nuestra salvación, se hace más urgente la conversión del
corazón, nos reconocemos necesitados de la gracia del Señor hoy nuestra súplica
es:
DANOS, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO
Te
pedimos, Señor, que renueves a tu Iglesia, fortaleciendo las virtudes de sus
miembros y reparando sus faltas, para que sea fiel reflejo de la Salvación que
anuncia.
OREMOS
DANOS, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO
Te
pedimos, Señor, todos los hombres del mundo, para que se conviertan a ti de
todo corazón y así se extienda entre todos el Reino de Dios y su justicia.
OREMOS
DANOS, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO
Te
pedimos, Señor, por todos los alejados, para que reconociendo a la Iglesia como
madre que engendra en la fe, colaboren en la propagación de tu Palabra.
OREMOS
DANOS, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO
Te
pedimos, Señor, por los que sufren, para que encuentren en su camino la
redención y la salud de cuerpo y alma.
OREMOS
DANOS, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO
Te
pedimos, Señor, por todos los que recibirán este año el bautismo, para que su
adhesión a la Iglesia sea fermento de santidad y sean sus vidas reflejos de la
Luz del Padre.
OREMOS
DANOS, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO
Te
pedimos, Señor, por todos los que nos preparamos en este tiempo para la
celebración de los misterios pascuales, para que resucitemos con Cristo a la
Luz del hombre nuevo.
DANOS, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO
Padre,
atiende nuestra plegaria en este tiempo de preparación y conversión, para que
caminando tras las huellas de tu Hijo, lleguemos tras morir al pecado, a la luz
de la Resurrección.
Te
lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo que contigo vive y reina por los siglos de
los siglos.
AMEN
CANTO DE OFERTORIO
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oren
hermanos, para que éste sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios,
Padre todopoderoso
EL SEÑOR RECIBA DE TUS MANOS, ÉSTE
SACRIFICIO, PARA ALABANZA Y GLORIA DE SU NOMBRE, PARA NUESTRO BIEN Y EL DE TODA
SU SANTA IGLESIA.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que
la pasión de tu Hijo, actualizada en éste sacrificio que vamos a ofrecerte, nos
alcance, Señor, de tu misericordia, el perdón que no podemos merecer por
nuestras obras.
Por
Jesucristo Nuestro Señor
AMEN
PREFACIO
El
Señor este con ustedes.
Y CON TU ESPÍRITU
Levantemos
el corazón
LO TENEMOS LEVANTADO HACIA EL
SEÑOR
Demos
gracias al Señor nuestro Dios
ES JUSTO Y NECESARIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro.
El cual siendo inocente, se entregó a la muerte por los
pecadores, y aceptó la injusticia de ser contado entre los criminales. De esta
forma, al morir, destruyó nuestra culpa, y, al resucitar, fuimos justificados.
Por eso, te alaban los ángeles y los arcángeles, proclamando sin
cesar
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en
el cielo.
PLEGARIA EUCARÍSTICA
Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la
efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y † Sangre de Jesucristo,
nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser
entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias lo
partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Del mismo modo, acabada la
cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos,
diciendo:
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Éste es el sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor
Jesús!
Así pues, Padre, al celebrar
ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan
de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de
servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente que el
Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y
Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra; y con el Papa BENEDICTOXVI, con nuestro Arzobispo
Baltasar su Obispo Auxiliar Luis
Alfonso, y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su
perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros
hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que
han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos
nosotros, y así, con María, la Virgen Madre
de Dios, San José, su esposo, los
apóstoles, San Juan Bosco y cuantos
vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo
Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL, A TI, DIOS PADRE
OMNIPOTENTE, EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO, TODO HONOR Y TODA GLORIA POR LOS
SIGLOS DE LOS SIGLOS.
AMÉN.
RITO DE LA COMUNIÓN
Antes
de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y
vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado.
PADRE NUESTRO, QUE ESTAS EN EL
CIELO, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, VENGA A NOSOTROS TU REINO, HÁGASE TU VOLUNTAD
ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.
DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO
TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A QUIENES NOS OFENDEN.
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN
Y LÍBRANOS DE TODO MAL
Líbranos
Señor de todos los males del cuerpo y del espíritu y concédenos la paz en
nuestros días, para que ayudados por tu misericordia podamos vivir libres de
pecado y protegidos de toda inquietud, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
TUYO ES EL REINO, TUYO EL PODER Y
LA GLORIA, POR SIEMPRE SEÑOR.
Señor
Jesucristo, que dijiste a los apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les
doy", no tengas en cuenta nuestros pecados sino la fe de tu iglesia y,
conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Tú
que vives y reinas por los siglos de los
siglos
AMEN
La
paz del Señor esté siempre con ustedes
Y CON TU ESPIRITU
En
Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz, dense la paz como signo de
reconciliación.
CANTO DE LA PAZ
FRACCION DEL PAN
CANTO
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL
PECADO DEL MUNDO, TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL
PECADO DEL MUNDO, TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
CORDERO DE DIOS, QUE QUITAS EL
PECADO DEL MUNDO, DANOS LA PAZ.
Este
es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a
la cena del Señor.
SEÑOR, NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES
EN MI CASA, PERO UNA PALABRA TUYA BASTARÁ PARA SANARME
El Cuerpo
y la Sangre de Cristo nos guarden para la vida eterna.
AMEN
COMUNION
MONICION DE DESPEDIDA
El Señor con benignidad nos ha elegido para que
renazcamos en el hombre nuevo de su proyecto de salvación, oremos para que
estos misterios que hemos celebrado hoy, nos acompañen el resto de nuestra
semana, y viviendo así el renacimiento, preparemos con fe la Semana Santa y la Pascua
de nuestro Señor
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
OREMOS
Fortalecidos
con tan santos misterios, te dirigimos esta súplica, Señor: del mismo modo que
la muerte de tu Hijo nos ha hecho esperar lo que nuestra fe nos promete, que su
resurrección nos alcance la plena posesión de lo que anhelamos
Por
Jesucristo Nuestro Señor
AMEN
RITOS DE CONCLUSIÓN
El
Señor, este con ustedes
Y CON TU ESPÍRITU
La
bendición de Dios todopoderoso, que es amor, Padre, Hijo + y
Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
AMÉN
Con
la gracia y el amor del Padre, podemos irnos en Paz.
DEMOS GRACIAS A DIOS.
CANTO DE DESPEDIDA
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