Pasión,
entrega y espíritu de servicio para los jóvenes
*** Lo que se
inició como un sueño, tal como lo hizo San Juan Bosco, éste hogar de acogida ha
sabido ser patio, escuela e iglesia para centenares de jóvenes que, se han
convertido en Buenos Cristianos y Honrados Ciudadanos.
Euro Lobo
SSCC / CNP: 12.112
(Mérida / Especial).- “Gracias”, eran las palabras que
daban la bienvenida a todos los que este viernes 14 de diciembre, se acercaron
a la Fundación Don Bosco para celebrar los 35 años del inicio de esta labor
pastoral, palabras que marcaron la visita del Obispo Auxiliar de Mérida,
Monseñor Luis Enrique Rojas, quien presidió la Eucaristía de Acción de Gracias.
“Hoy
más que nunca debemos seguir apoyando iniciativas como esta”, afirmó Monseñor
Rojas cuando refirió las palabras que el Cardenal Porras Cardozo le dirigió al
comentarle sobre la invitación hecha para celebrar este 35 aniversario.
La
Fundación Don Bosco es una obra del Espíritu Santo que, a través de 5 muchachas
alumnas de las Hijas de María Auxiliadora, nació interpretando el llamado de
Dios a través del trabajo comprometido que Don Bosco marcó para la atención de
los jóvenes más necesitados.
Estas inquietas
jóvenes optaron por consagrar su vida a los niños que vendían periódicos y
lustraban zapatos, a ellos les ofrecieron atención, con juegos y deportes
captaron su atención los fines de semana, allí descubrieron que podían y debían
hacer más. Iniciaron su casa de acogida, que ha llegado incluso a albergar y
formar a mas de 60 niños y jóvenes en periodos importantes en sus vidas.
Han formado
cientos de “Buenos Cristianos y Honrados Ciudadanos”, bajo la protección de
María Auxiliadora han sido incansables en su labor pastoral. Hoy al celebrar
sus 35 años, saben que el compromiso está lejos de llegar a su fin, aún hay
muchos que necesitan del Amor de Dios a través no solo de ellas, si no de un
grupo nutrido de personas que se han sumado, bien sea en el trabajo directo,
como colaboradores, como patrocinadores, como amigos, como bienhechores.
Los limpiabotas de El Chama
En su
homilía Monseñor Luis Enrique recordó que esta obra le era muy familiar, “cuando
era niño mi mamá me dejaba subir de El Chama con un grupo nutrido de
limpiabotas, vecinos nuestros, que acudían los sábados a jugar en los espacios
que estas muchachas regentaban”.
Oró el
prelado para que “todos sigamos conectándonos, comunicándonos y contagiando
a los demás de lo que significa esta gran obra, del bien que han hecho, del
bien que siguen haciendo si cada uno de nosotros coloca la parte que le
corresponde para que Dios haga el resto”.
Acompañamiento,
presencia y apoyo en todos los sentidos, es lo que para el mitrado se necesita para
seguir adelante, “ese es el secreto para mantener esta obra”, aseguró.
Encomendó
el trabajo comprometido a la protección de la Virgen María, seguro que el año
2019 será el año de la libertad para todos los venezolanos. (14/12/2018).-
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